Rosca radical al rojo vivo: la UCR bonaerense define su destino

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La interna de la Unión Cívica Radical (UCR) de la provincia de Buenos Aires llega hoy a su punto más tenso. Con los mandatos vencidos de sus órganos transitorios y sin acuerdo político entre los distintos sectores, el radicalismo se reúne este jueves 30 de octubre para definir si estira la transición, llama a elecciones o directamente se encamina a una intervención partidaria.

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El escenario está cruzado por una fuerte disputa de poder. El sector que responde a Martín Lousteau y Facundo Manes llega decidido a no convalidar ninguna prórroga. Desde ese espacio insisten en que no hay margen para seguir estirando los plazos. “Ya se vencieron los mandatos y la Justicia fue clara. No se puede seguir gobernando el partido de facto”, disparan.

Enfrente, el armado que lidera Maximiliano Abad, con apoyo de dirigentes como Gustavo Posse, plantea otra jugada: prorrogar los mandatos hasta marzo, con la excusa de “ordenar el proceso electoral interno”. Pero en los pasillos se comenta que el verdadero objetivo es sostener el control del aparato partidario el mayor tiempo posible, mientras se negocian lugares y estructuras.

Los nombres que encabezan los órganos hoy en discusión, Miguel Fernández y Pablo Domenichini, también están en el centro del debate. Desde algunos sectores ya deslizan que “para destrabar la situación alguien va a tener que dar un paso al costado”, en clara alusión a ellos.

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La reunión, convocada de manera presencial y virtual, promete ser picante. Hay quienes ya hablan de una sesión maratónica, con puja voto a voto, mientras otros aseguran que no se descarta que todo termine sin resolución clara y con la pelota en manos del Comité Nacional de la UCR.

En ese caso, no se descarta una intervención, figura prevista en el estatuto cuando se detectan “graves anomalías institucionales”. Y eso ya genera ruido en más de un distrito donde la pulseada local también está caliente.

La pelea no es sólo por nombres: está en juego quién manejará el partido en un año donde se definen la estrategia opositora en la provincia más grande del país. Y como suele pasar en la UCR, la rosca nunca se toma descanso.