El tradicional 29 de agosto, mientras las familias argentinas se sentaban a la mesa para comer ñoquis, en el Partido de La Costa la política local tuvo su propia versión del menú. Con delantal de cocinero y gorro de chef, el candidato a concejal Sergio Santana organizó una “ñoqueada solidaria” en el playón del Honorable Concejo Deliberante (HCD).

Pero en lugar de papa y harina, Santana puso en la olla nombres propios: Evangelina Cordone, Ezequiel Caruso, Daniel López, Roxana Cavallini y Mónica Correa aparecieron en un “menú variado” como metáfora de un Concejo que, según el candidato, está cerrado y repleto de ñoquis.
Santana no solo apeló al humor: cuestionó la ética de la gestión legislativa, señalando que algunos concejales tienen familiares directos como asesores. Desde su espacio, Unión y Libertad, intenta instalar el tema en la agenda electoral con un mensaje que mezcla sátira y denuncia. “El HCD se convirtió en un espacio con más sillones que debates, con sueldos asegurados pero sin la presencia activa que reclama la comunidad”, lanzó durante la actividad.

En su menú político, Santana no se olvidó de De Jesús y Cavallini, a quienes ubicó casi como jefes políticos de dos espacios que podrían repartirse los nueve lugares en disputa en esta elección. ¿Un acto fallido? ¿O el inconsciente traicionando al candidato que, a fuerza de nombrarlos, pone en claro quiénes son los rivales que realmente quiere enfrentar?
El costado pintoresco vino con la cocina. Santana, contratista de la construcción, cambió la cuchara de albañil por la de madera. Pero, según algunos presentes, los ñoquis le salieron más duros que el hormigón de sus obras. Y la “salsa picante” del menú tampoco pasó inadvertida: varios dirigentes se sintieron directamente aludidos y ofendidos por la parodia. Ahora, al calor de la campaña, a los ofendidos les quedarán dos caminos: recurrir al antiácido… o a la carta documento.
Entre harina, cemento y salsa, Santana intenta amasar la rosca política con los ingredientes que tiene a mano. Lo cierto es que, entre humor y provocación, el candidato ya consiguió lo que buscaba: que en La Costa, en este 29, no se hablara solo de ñoquis en la mesa, sino también de ñoquis en la política.