La foto de más de un centenar de vecinos en el Automóvil Club de San Clemente, bajo la lluvia, fue la postal más visible del crecimiento de Matías Porta en la campaña local. Pero detrás de esa imagen se esconde algo más: el candidato de Nuevos Aires se mueve con sigilo en la rosca política y empieza a perfilarse como una figura que puede romper el mapa de La Costa.
Su discurso combina gestión concreta —obras escolares, calefactores, puestos de trabajo, ferias de ciencias, biodigestores— con un tono crítico hacia el oficialismo y, especialmente, hacia los candidatos de SOMOS Buenos Aires, que reclaman reelección para sus tres primeros nombres en la lista. “Va socavando con la crítica y sumando votitos radicales y peronistas desencantados”, aseguran en los pasillos.
El tablero que puede dar vuelta
En la campaña nadie habla del Consejo Escolar, pero Porta sabe que allí tiene su fortaleza. Conocido por su gestión previa en ese ámbito, apunta a un tema que incomoda: la intervención del municipio en las obras financiadas con dinero provincial. A eso se suma el condimento más picante: el Servicio Alimentario Escolar (SAE) y la resistencia de sectores de Suteba frente a La Cámpora, un conflicto que Porta capitalizó en los últimos dos años y que ahora le abre la puerta al mundo docente.
Si logra absorber a radicales molestos, peronistas enojados y gremios de la educación que rechazan la actual conducción, el escenario electoral podría cambiar más de lo que marcan las encuestas. Algunos ya especulan que, en el cuarto oscuro, más de un dirigente “tapándose la nariz” podría terminar poniendo la boleta de Nuevos Aires en el sobre.

La campaña silenciosa
La estrategia de Porta no se apoya en los grandes actos ni en el discurso encendido, sino en sumar voluntades por lo bajo. Reuniones con sectores del radicalismo, contactos con sindicalistas docentes y un trabajo territorial que incluye cartelería en accesos clave del distrito marcan la hoja de ruta.
Un docente que participó del encuentro lo graficó así: “Mientras otros se pelean por la reelección, Porta nos escucha y sabe que en el Consejo Escolar se juegan cosas que afectan todos los días a las familias”.
La pregunta que empieza a circular en la rosca política de La Costa es sencilla pero inquietante: ¿qué pasa si Porta logra consolidar ese voto cruzado, heterogéneo y enojado? El resultado podría no ser el que muchos esperan.