Si algo quedaba por decir para confirmar que la oposición costera está en modo autodestrucción automática, lo gritó —literalmente— la concejal Evangelina Cordone en plena vía pública, con un florido repertorio digno del rating de la tarde. Porque sí, la política local ya no se discute: se escracha.
La escena no ocurrió en un set de “Gran Hermano”, sino en el estacionamiento del Honorable Concejo Deliberante, que últimamente tiene de honorable lo que un taxi sin reloj. Ahí, entre autos y actas, Cordone descargó toda su furia contra Elizabeth Ferrín, concejal de La Libertad Avanza, con frases que harían sonrojar a cualquier barra brava con código.
“Chorra, hija de puta, garca y culo fácil” fue el recitado improvisado que, según testigos, ofreció la edil de Juntos por el Cambio. Todo, por una silla: la presidencia de la Comisión N°2. Sí, parece que en la política costera las sillas valen más que las ideas.
De amigas a archienemigas
Ambas concejalas compartieron espacio político bajo el ala de Marcos “Cotoco” García, pero la historia terminó en un divorcio político estilo Netflix: política salvaje. Hoy no comparten ni el saludo. Ferrín, con la paciencia de quien ya escuchó todo en Twitter, respondió: “Nunca te falté el respeto, Cordone”, como quien le habla a un huracán con megáfono.
Y por si algo faltaba, todo esto ocurrió apenas dos días después de que Cordone cruzara por redes sociales a Roxana Cavallini, directora local de ANSES y figura emergente de La Libertad Avanza. El posteo fue más directo que un misil: “Le entregó la presidencia a los De Jesús. Votan con el oficialismo”, escribió, sin filtros, sin pruebas y sin miedo a quedar como la Susana Giménez del submundo opositor.
¿Y la oposición? Bien, gracias
Con cierre de listas el 19 de julio, lo que se ve es un paisaje opositor fragmentado, sin conducción ni rumbo, donde cada quien compite a ver quién insulta más fuerte o quién dinamita más rápido los puentes de diálogo. Mientras el oficialismo toma mate en paz, la oposición juega a Los juegos del hambre, pero sin estrategia.
Evangelina Cordone, sin posibilidad de reelección y sin respaldo claro ni en el radicalismo ni en el PRO, parece haber asumido el rol de spoiler humano de cualquier intento de unidad. Ferrín se recluye en el manual mileísta. Cavallini busca la pureza ideológica libertaria. Y el electorado mira el espectáculo con una mezcla de pena, vergüenza ajena y pochoclo.
La política como tragicomedia
Lo cierto es que, mientras Mar del Plata se sienta a repensar su futuro con arquitectos, urbanistas y martilleros, en La Costa apenas si logramos que dos concejales se hablen sin gritar “chorra” desde el auto.
¿Plan estratégico para el distrito? ¿Proyecto turístico, urbano o productivo? No, gracias. Acá todavía estamos peleándonos por el control de una comisión. Y lo único que falta es que le pongan cámaras al recinto y lo pasen por streaming en horario central.
Señoras y señores, bienvenidos a La Costa Real, la primera telenovela política en vivo, con insultos, traiciones y cero plan de gobierno.
Y lo peor: ¡todavía falta cerrar las listas!