También contó que fue a un gimnasio para hacer aeróbico y terminó compitiendo por el título del mundo. Exteriorizó que su madre no quería que se dedique al deporte, prefería que “estudie derecho” y reveló quién la ayudaba para competir a escondidas.
La reciente campeona del título peso liviano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Erica “La Pantera Faras”, dialogó en exclusivo con www.radionoticiasweb.com.ar y contó, en primera persona, su historia: “Cuando me dieron la oportunidad de ponerme los guantes y pegarle a una bolsa, nunca más me los quise sacar”.
“Yo entré a un gimnasio para hacer aeróbico, no era mi idea ser boxeadora, fue algo que llegó de sorpresa”, declaró la boxeadora que mantiene un invicto de 29, de las cuales 8 fueron por nocaut. Y agregó: “En el lugar donde iba a tomar esas clases daban el full contact y ahí comenzó a llamarme la atención”.
La oriunda de San Fernando, explicó cómo y cuándo pasó de un deporte al otro: “A los 20 años empecé en la rama de artes marciales y mi primer entrenador notó que me sentía mucho más cómoda con las manos que con los pies, porque yo utilizaba las ocho patadas reglamentarias y después me defendía con las manos”.
Enseguida sostuvo que si bien existe cierta similitud entre ambos deportes, no son lo mismo ya que tuvo que aprender, como ubicarse y desplazarse en el ring, “como sacar un golpe” y hasta como posicionar las manos.
En cuanto a su familia, reveló que para los hermanos y el padre era “raro” tener una boxeadora en el hogar, pero lo asimilaron. La madre, en un primer momento, no podía aceptarlo: “Siempre fue una mujer que me cuidó mucho, no me dejaba ni ir a la esquina, y para dejarme entrar a un gimnasio para hacer aeróbico tuve que leerle un rosario”.
El problema se agravó cuando comenzó las clases de contacto físico: “Cuando tuve mis primeras peleas, las hice a escondidas de mi madre”. Además añadió que la persona que se encargó la ayudó durante sus combates y mantuvo el secreto, fue su padre. “Me acompañaba y escondía mis trofeos porque mi mamá no sabía que yo me subía al ring”, confesó “La Pantera”.
Ya cuando los triunfos demostraban su avance, y el profesor Héctor Morales la convocó para ser parte de la Selección Argentina, se dio cuenta de sus condiciones. También, supo que “tenía como demostrarle” a su madre que podía subirse al cuadrilátero. “El sueño de ella era que terminara una carrera y que siguiera derecho. Pero con el tiempo, me pudo aceptar”, comentó Farias.
Asimismo, le contó a www.radionoticiasweb.com.ar que su madre falleció hace tres años, pero pudo verla conseguir el campeonato del mundo en el 2010. “Esa es una de las cosas que más me llena, vio que realmente valió la pena”, dijo la deportista.
Por otra parte, se refirió a las grandes posibilidades que le generó el boxeo: “Me hizo conocer distintos lugares que en mi vida pensé que iba a estar, conocer personas, el deporte te va enriqueciendo”. Y a continuación completó: “Por eso siempre digo que es un derecho para todos. Entonces es muy importante inculcarlo. Más a los jóvenes, en este momento de la sociedad”.
En concordancia con sus palabras y su accionar, se refirió a la escuela que tiene en San Fernando, donde da clases para incluir a los chicos. “Me alegra saber que todo lo que vengo construyendo hace 8 años vale la pena para transmitírselo a los jóvenes que vienen”, declaró. Enseguida finalizó: “Está bueno dar el ejemplo cuando uno está brillando como deportista, porque se viven muchas cosas diferentes en el transcurso de los días y ellos te escuchan, eso es lo importante”.
En cuanto a los prejuicios por el hecho de no ser hombre y practicar un deporte de contacto, aseguró que si bien aún existe, “cambió bastante” la mirada hacia la mujer que se sube al ring. “A la persona que mas le costó fue a Marcela Acuña, fue la peleó por tener una licencia y que podamos subir a pelear. Ella hizo el camino y nosotras lo seguimos construyendo: el país tiene 12 campeonas mundiales”, explicó.
Escuchá la entrevista a la «Pantera» Farias en: www.radionoticiasweb.com.ar