El cura párroco de Mar de Ajó falleció ayer por la noche y sus restos fueron velados durante la jornada de hoy lunes en la iglesia de Nuestra Señora Santa Margarita María de Alacoque.
“Siempre decía que después de la muerte empieza la vida y que no hay que olvidarse de los muertos”, aseveró Elena, una de las colaboradoras del Padre Emilio Povse, quien habló esta mañana con Carlos Bron en Radio Noticias Web y relató las últimas horas con vida del sacerdote.
La mujer dijo que el domingo de la semana pasada a la noche después de dar misa se sentía descompuesto y se lo llevó al hospital donde “tuvo un paro total a causa del cual estuvo de 10 a 15 minutos muerto”. “Dejaron de reanimarlo y empezó el corazón a andar, lo tuvimos una semana en terapia pensando que iba a salir”, agregó.
Además Elena reflexionó: “Tenía unas ganas de vivir y de seguir haciendo cosas increíble a pesar de su edad”.
En ese sentido recordó al Padre Emilio y su incansable labor junto a sus feligreses con sus 92 años: “Venías a las 6 de la mañana y ya lo tenías en la iglesia rezando, le pedías una palabra y siempre tenía una palabra de aliento. Lo llamaban por teléfono para ir a ver a un enfermo y salía corriendo”.
“Van a pasar muchísimos años y no sé si vamos a encontrar a alguien parecido, con lo que ha trabajado en estos 39 años como sacerdote en Mar de Ajó”, concluyó.
¿Descansar, Para qué?
A estas horas Jesús, MarÃa SantÃsima, los mártires de Europa del Este, su propio hermano mártir, sus padres, tantos feligreses de La Plata y Mar de Ajo y la costa, junto a esa legión de santos desconocidos que salieron del Purgatorio gracias a sus oraciones salieron a su encuentro y le habrán dicho es hora de descansar…
Pero, dudo que el Padre Emilio, haya aceptado eso, ahora es tiempo de orar con más intensidad y si paso por la tierra haciendo el bien, con Teresita, pasará su Cielo haciendo el bien a las almas y a los sacerdotes.
SÃ, el padre Emilio Povse, no descanso en esta tierra y estuvo hasta el final al pie de su Parroquia. No conocÃa el sacerdocio de las vacaciones, de la jubilación, de los dÃas libres; no conocÃa el sacerdocio de las reuniones; no conocÃa el sacerdocio de la agenda; no conocÃa el sacerdocio de los planes pastorales; no conocÃa el sacerdocio de las medias tintas.
Sà conocÃa el sacerdocio de la entrega; si conocÃa el sacerdocio de los sacramentos, cuando el fiel lo necesite, sentado en el confesionario, dispuesto a confesar, enseñando catequesis, dispuesto a la charla espiritual.
-¿Cuándo se va? Me dijo
– Mañana, no sé la hora
– Yo a partir de las siete estoy, para lo que necesite. Confesión, bendición, comunión.
Otra vez vinieron a pedir bautismo, les dejo elegir fecha y hora. No necesitaba charla pre bautismal, toda su celebración era una catequesis. Y me lo traen a los siete u ocho años para la catequesis, decÃa a los padres y padrinos. Después participaba con gran alegrÃa de las fotos familiares en el templo.
Si conocÃa el sacerdocio de la oración, del ayuno, de la penitencia. Hasta hace un tiempo venÃa una vez al mes a Buenos Aires, llegaba muy temprano a liniers, tomaba un colectivo que cruzaba la ciudad, para ir a la BasÃlica del SantÃsimo Sacramento, ahà realizaba un pequeño retiro con confesión, luego unos trámites, saludaba en flores a una familia eslovena y vuelta al pago, nunca faltaba más de un dÃa. Me contaron legionarias de MarÃa que el Padre durante los viernes de cuaresma hacia un ayuno estricto y toda la cuaresma era de mucha penitencia para él.
Hace unos quince años me decÃa que no habÃa podido cumplir con Monseñor Plaza, cuando se despego de su querida parroquia de Santa Rosa, para traer la fe a las tierras de Mar de Ajo. Claro a él no le tocaba la cosecha, esa es del Señor Jesús.
Mar de Ajo no será lo mismo sin el Padre Emilio, aunque ahora, además de visitar Santa Margarita, la capilla de Shontad , Nuestra Señora del Buen Viaje en Mar de Ajo Norte, Fátima en Villa Clelia, Nuestra Señora de los Dolores y Santo Sepulcro, el VÃa Crucis en Nueva Atlantis, será lugar de peregrinación el cementerio local (hace unos años manifestó su voluntad de edificar allà una capilla), hasta que sus restos vuelvan a alguna de las Iglesias por él construidas. Y peregrinaremos porque tenemos la certeza que nos da la fe, que nos da el conocer su vida que allà reposan despojos mortales de un santo.
Conociendo su vida, salvada milagrosamente por Dios y ofrecida a él en un sacerdocio ejemplar, no nos cabe duda que el Señor Obispo de Chascomus, ya comenzará a reunir testimonios que permitan, cuando los cánones lo admitan, iniciar el proceso de canonización.
Hoy estamos tristes, de duelo, ayer pensamos y hablamos de él, sin saber que estaba grave, sin imaginar que en las salas del hospital que tantas veces visito para dar la unción, él partÃa a la Eternidad, seguro le hubiese gustado contemplar aquel crucifijo que sus padres le regalaron cuando después de un año y medio supieron que vivÃa y que era seminarista. Estamos tristes, pero saben algo lectores amigos, estamos a la vez alegres porque el Señor ya lo premio con el Cielo y el descanso, aunque él no descansará, porque pasará su Cielo haciendo el bien…
Hasta el Cielo Padre Emilio Povse, rece por nosotros que lo necesitamos.
Marcelo Grecco