Chiqui Maestrello y el “Nunca Más” de Cavallini: del basural al Concejo, la campaña se volvió chicana

WhatsApp Image 2025 08 16 at 21.42.48

En la pelea por quién grita más fuerte el “Nunca Más”, apareció un jugador inesperado. Daniel “Chiqui” Maestrello, primer candidato a concejal por Construyendo Porvenir, no se quedó mirando cómo La Libertad Avanza desplegaba su campaña en un basural de San Clemente con la consigna “Kirchnerismo Nunca Más” y la variante local “Dejesusismo Nunca Más”.

Con reflejos políticos veloces, Maestrello subió su propia versión: una foto del Concejo Deliberante cerrado, acompañada por la frase “Nunca Más”.

Rosca versión 2025: de los paredones a los posteos

Antes los políticos se disputaban los paredones y carteles, ahora el botín son los posteos y reels. Y en esta guerra digital, Maestrelo no se preocupó por producciones con drones o inteligencia artificial: prefirió ir directo a la chicana rápida y picante, capturando la idea ajena y adaptándola al terreno local.

Un allegado suyo lo justificó así: “El HCD no puede ser un edificio apagado, cerrado y distante. El Nunca Más también aplica ahí”.

WhatsApp Image 2025 08 16 at 21.09.11

Lo que está por venir, no será pacífico

La ironía no pasa desapercibida: Maestrello es candidato por Construyendo Porvenir, aunque su estilo deja entrever que lo que está por venir en el Concejo no será nada pacífico.

El problema es que en la disputa de “te choreo la idea”, la consigna “Nunca Más” corre el riesgo de banalizarse. Un lema que es mucho más que un eslogan electoral: es la marca indeleble de la memoria colectiva argentina.

La Costa, memoria viva de la dictadura

El Partido de La Costa tiene una historia íntimamente ligada a la dictadura. En sus playas aparecieron cuerpos de las víctimas de los vuelos de la muerte, y existen sitios de memoria en Santa Teresita y Mar de Ajó que recuerdan esas tragedias.

En ese marco, el uso del “Nunca Más” como chicana electoral no solo genera ruido, sino que puede leerse como una banalización grotesca de un símbolo doloroso para cientos de miles de argentinos.

La campaña, que arrancó en basurales y siguió en el HCD cerrado, deja una postal clara: la rosca política en La Costa ya no se roba paredones, ahora se afana posteos y consignas, aunque el precio sea hacer humor con una herida que sigue abierta.