La precampaña suma kilómetros y esta vez tocó hacer escala en la costa. Guillermo Montenegro, actual intendente de Mar del Plata y flamante candidato a senador provincial por La Libertad Avanza, se dejó ver en Santa Teresita, donde fue recibido como si fuera Mick Jagger versión 2025, pero con menos música y más promesas.
El encuentro tuvo lugar en lo que en redes sociales se presentó como “la casa de Javier Milei en La Costa”. Un título algo pretencioso para lo que parece ser más bien una sede improvisada entre banderas, mates y discursos. La anfitriona fue Roxana Cavallini, referente local del espacio, que publicó en redes un resumen del acto político y la visita del marplatense.

El club libertario costero: selfies, frases épicas y planificación
Montenegro no vino solo: lo acompañaron los candidatos locales Marcela González y Francisco Junco, junto a la comitiva provincial compuesta por el diputado Gastón Abonjo, la diputada Florencia Retamoso y el senador Alejandro Rabinovich. Todos, bien alineados bajo el manto sagrado de la nueva alianza entre el PRO y La Libertad Avanza, algo así como un experimento político a medio camino entre la fusión por conveniencia y el “vemos qué sale”.
Según el posteo de Cavallini, hubo charla con comerciantes, fotos con militantes y frases como “vamos a teñir de violeta la Provincia y, obviamente, La Costa”. Sí, teñir. Aunque por ahora, más allá del color, lo único seguro es que cada fuerza busca rascar votos como pueda en una elección que viene cargada de microarmados, listas cruzadas y alianzas que mutan más que en una temporada de “Gran Hermano”.

¿Quién es quién y qué pasa en La Costa?
Para quienes no los tienen tan presentes: Montenegro es todavía intendente de Mar del Plata pero ahora aspira a una banca como senador. En el Partido de La Costa, La Libertad Avanza sumó fuerza con nombres del PRO y se ilusiona con meter representación en el Concejo Deliberante, apostando a una estructura que no es gigante, pero sí ruidosa.
¿Funcionará el plan de teñir La Costa de violeta? Por ahora, es más probable ver una remera de Duki que una ola libertaria sostenida. Pero en campaña todo vale: recorrer barrios, abrazar comerciantes, y repetir slogans como si fueran verdades reveladas. La cuenta regresiva al 7 de septiembre sigue corriendo… y cada paso cuenta.