Dolores lo hizo de nuevo. Con la Fiesta de la Torta Argentina, logró mover a más de 25 mil personas, generar millones en ventas y posicionarse —una vez más— como referencia del turismo de cercanía.
Este tipo de fiestas regionales no son solo entretenimiento: son herramientas de promoción, motores de la economía local y oportunidades concretas para quienes producen, venden o alojan. Por eso, las áreas de Turismo —como ocurre en Dolores, Tandil o Mar del Plata— trabajan fuerte para posicionar estas fechas y captar público de otras localidades.
En el Partido de La Costa se vienen haciendo muchas cosas con muy pocos recursos. Se nota el trabajo de las áreas municipales para sostener propuestas, activar la cultura y darle visibilidad a lo local, apelando al ingenio y al esfuerzo más que a los presupuestos. Pero mientras el Estado hace su parte, una parte importante del sector privado parece no enterarse, o directamente no le interesa sumarse.
Lo que se necesita no es tanto más presupuesto, sino más compromiso. Más productores, comerciantes y prestadores dispuestos a pensar en conjunto y animarse a construir propuestas con identidad costera.
La próxima cita es el primer fin de semana de junio, con la Fiesta de la Tortita Negra en General Lavalle. Una nueva oportunidad para ver qué se puede lograr cuando hay organización, ganas y vocación de laburar en equipo.