Un auto volcó en la madrugada del sábado cerca de Las Toninas al esquivar dos caballos. No hubo heridos, pero la situación se repite y ya preocupa: ¿cuántas veces más vamos a leer lo mismo?
No fue tragedia, pero pudo haberlo sido. Y eso es lo que preocupa. En la madrugada del sábado 17 de mayo, un auto Chevrolet volcó en el kilómetro 321 de la Ruta 11, cerca de Las Toninas, luego de que su conductor intentara esquivar dos caballos sueltos que aparecieron en plena calzada. Por fortuna, los ocupantes resultaron ilesos, aunque el vehículo quedó seriamente dañado.
Este tipo de accidentes se ha vuelto demasiado frecuente en los caminos de la Costa y alrededores. Los animales sueltos ya no son una postal rural: son una amenaza real para la seguridad vial.
En lo que va del año, la Ruta 11 fue escenario de varios accidentes graves, algunos fatales. En los primeros días de enero, cinco personas murieron en dos siniestros a menos de 300 kilómetros de este nuevo incidente. Más recientemente, el mismo sábado 17, por la noche, un vecino de Las Toninas falleció en otro choque en el kilómetro 437, cerca de Mar Azul.
La pregunta vuelve a instalarse: ¿Quién controla que no haya animales en la ruta? ¿Quién se hace cargo si no llegamos a contarlo?
Vecinos de la zona ya han denunciado la falta de cercos en campos linderos, la ausencia de controles y la inacción de organismos provinciales y municipales ante un problema que no es nuevo, pero que sigue cobrando vidas.
