Es uno de los agravios más populares a nivel mundial pero casi nadie sabe su origen y significado, aunque quizás alguno puede inferirlo.
No es de conocimiento público o popular pero este insulto fue creado en la época de los griegos y sobrevivió hasta nuestros días con distintos usos e interpretaciones.
Para los expertos en el lenguaje de señas, el dedo medio levantado es un gesto fálico, para las culturas antiguas del occidente con este se denigraba a alguien y aludía al acto sexual. Para los griegos, aludía a la penetración por detrás y en el caso de los romanos representaba al aparato reproductor masculino, representado el dedo del medio al pene y el puño cerrado los genitales.
El primer registro de este gesto se remonta a la comedia griega «La Nubes de Aristófanes» de unos 2.500 años atrás, dónde el personaje Strepsiades le enseña su dedo del medio al personaje de Sócrates, por lo que a este gesto se le conoce como Katapygon.
A pesar de que buena parte de la sociedad griega aceptaba las relaciones homosexuales, en determinadas zonas y tiempos también podía tener connotaciones negativas sobre la masculinidad. Con el tiempo, en Atenas pasó a ser un gesto que se dirigía a los demagogos.
Los romanos siempre fueron dados a copiar a los griegos, y este gesto no fue una excepción, conocido como el «dedo impúdico». En esta época nació también otro gesto estrechamente relacionado: el corte de mangas.
En un origen era una señal usada por los prostitutos para anunciar que estaban disponible. No tardó en extenderse a modo de insulto, dando a entender que la persona a receptora de tal señal hacía uso de un servicio mal visto, aquí si, por la sociedad romana.
Se cuenta que al emperador Calígula le gustaba hacer que sus súbditos le besasen el anillo que llevaba en el dedo índice, regalándoles el gesto mientras se arrodillaban.
El gesto tuvo una decadencia de uso durante la Edad Media, posiblemente debido a la influencia de la Iglesia. Sin embargo, durante la Guerra de los 100 años nació una variedad del gesto, muy habitual en los países sajones.
El 25 de octubre de 1415 los ingleses lograron una importantísima e inesperada victoria en Agincourt a pesar de que los franceses les superaban ampliamente en número. Buena parte de las fuerzas inglesas eran arqueros, y antes de la batalla los franceses amenazaron con cortarles el dedo índice y el corazón a para que no pudieran usar nunca más ese arma.
Sin embargo, la batalla no fue bien para los franceses. No tuvieron en cuenta que el terreno, embarrado, ralentizaría las cargas de caballería, que fueron un completo desastre y quedaron aniquilados por los arqueros enemigos. Tras la victoria, fueron los ingleses quienes se mofaron de los franceses enseñándoles el dedo índice y el corazón, gesto que se popularizó en las islas.
El gesto resurgió a finales del siglo XIX y llegó a EEUU a través de inmigrantes italianos. El pitcher de los Boston Beaneaters, Old Hoss Radbourn, inmortalizó su dedo en 1886 en una foto que se hizo su equipo junto a los New York Giants. Durante los años siguientes el gesto cobró fuerza en occidente, aunque no en otras zonas del mundo.
Durante la Guerra de Corea, soldados americanos aprovecharon que sus captores no conocían el significado del gesto para boicotear fotos propagandísticas en las que los coreanos mostraban a los prisioneros.
Hoy, gracias al cine y a Internet, el gesto se ha internacionalizado de forma casi absoluta y lo cierto es que convivimos cotidianamente con este gesto obsceno, podemos verlo en la calle, en las películas, la fila del supermercado, en la fila del banco, a la salida de un recital, ahora con la cuarentena y la pandemia quizás se vea por Zoom o videollamada.
La verdad es que tal vez sea una expresión de bases machistas, ordinaria e insultante pero la realidad también indica que su origen y trayectoria histórica, lo transcienden en su vulgaridad y lo transforman en algo nuevo, pudiéndole encontrar, como se intento en esta nota, el lado educativo del lenguaje vulgar.
Fuente: Los 40 y El Español