La iniciativa impulsada por la fundación Big Human Wave y la organización sin fines de lucro «Yo amo mi playa», tiene como finalidad garantizar los cuidados del medio ambiente a través de una política concreta que permita dar respuesta a la problemática de las botellas de plásticos que luego de ser utilizadas se convierten en basura y puede tardar más 1.000 años en desaparecer.
La conflictividad en esta temática es de larga data, es de público conocimiento que las consecuencias y el impacto ambiental son muy graves. La lucha de diferentes agrupaciones para abordar esta situación y resolverla de alguna manera responde a que en Argentina se tiran unas 12 millones de botellas por día.
Yendo más en lo particular, en las zonas costeras es aún peor, dado si se desechan en el océano estas nunca se degradan. Además, el 75% de los residuos acuáticos son de plástico y ocasionan un sinfín de inconvenientes, entre ellos, la muerte de miles de animales que las ingieren por equivocación.
«Menos plástico más vida», sostuvo el activista pinamarense Gastón Caminata que milita la causa hace años. Asimismo agregó: «Vamos al Concejo Deliberante y les damos todas las herramientas para que estén orgullosos de que este planeta sea uno en mejor estado de salud para nosotros los humanos«.
