La campeona olímpica, cuatro judocas más y dos entrenadores se aislaron, se testearon y viajaron a la Costa. “No quedaba otra, porque si no, no llegamos con la preparación”, dijo Pareto en comunicación con Clarín desde Santa Teresita.
El hecho marca un precedente histórico por dos razones: primero por la elección del distrito costero para la preparación de atletas olímpicos y segundo por la modalidad «burbuja» que puede servir para otros deportistas.
El paso a paso para lograr que la puesta a punto de cara a Tokio 2021 -frenada por el advenimiento de la pandemia– sea una realidad fue la siguiente: en principio, luego de que el Gobierno Nacional autorizara a atletas olímpicos a entrenarse, la entrenadora Laura Martinel comenzó la gestión para conseguir un espacio de práctica.
En la Ciudad Autónoma y el Área Metropolitana de Buenos Aires era imposible, porque por más cuidados que se tengan, CABA y el AMBA son los lugares de más contagios de COVID-19 y de circulación del virus y el judo es un deporte necesariamente de contacto físico.
Tras dilucidar alternativas junto al ENARD y el Comité Olímpico, se eligió el Partido de La Costa como sede por la infraestructura y el buen manejo de la crisis sanitaria. Finalmente, con la buena predisposición del intendente costero Cristian Cardozo, activaron un protocolo estricto que garantizara la seguridad sanitaria del equipo y la comunidad local.
Luego se pensó en la forma de llevar a cabo lo que todavía era un anhelo, la idea implementada fue similar a la de la NBA, donde los equipos de baloncesto se aislaron en el hotel de Disney y entrenan en el complejo deportivo de ESPN separados de la sociedad.

Para esto, la «Peque» y todo el team se fueron de sus hogares, permanecieron 14 días encerrados -cada uno en un departamento cercano al CeNARD- se realizaron estudios médicos y dos hisopados para coronavirus, que dieron negativo, y, por último, emprendieron el viaje en sus autos particulares hacia Santa Teresita.
En San Clemente del Tuyú fueron retenidos para un chequeo exhaustivo. Con los permisos de circulación en regla, los hisopados negativos y la carta de invitación del Jefe Comunal, pudieron seguir camino.
Ya instalados en la localidad balnearia, continuaron aislados y seguirán de esa manera durante las cinco semanas que dure la preparación. Pareto comenzó un entrenamiento de doble turno para llegar de la mejor manera posible y recuperar el tiempo perdido por la pandemia.
El seleccionado, compuesto por Pareto, Lucía Cantero -clasificada a Tokio en la categoría de 78 kilos-, Keisy Perafán, Ayelén Elizeche, Belén Tittarelli y los entrenadores Martinel y Ariel Sganga, ex olímpico en Atenas 2004, se alojó en cuatro departamentos provistos por el municipio y se alimenta gracias a un servicio de comidas contratado por el ENARD para que no salgan de allí.
Sus únicos traslados durante los próximos 30 días serán hacia el Polideportivo municipal, ubicado a tres kilómetros y abierto exclusivamente para ellas, donde se armó el tatami de 240 metros cuadrados especialmente transportado por un camión solventado por el ENARD.
La «Peque» agradeció esta chance que se le presentó, porque al cabo será la defensora del oro olímpico que ganó en Río 2016. “Otros municipios podrían tener estas iniciativas con los atletas olímpicos, mientras se contemplen los protocolos como corresponde. Sería lo más lógico. De paso, cambiás el aire. Acá estamos encapsulados y no tenemos el mínimo interés de estar en contacto con nadie. Hacemos todo juntas y nos llevamos muy bien”, dijo la gran deportista a Clarín.

La bonaerense, nacida en San Fernando, estaba en Rusia cuando el coronavirus recibió la categoría de pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso tuvo que retornar a la Argentina y cumplir con la cuarentena obligatoria de 14 días, donde igualmente se mantuvo activa en el entrenamiento -se armó un espacio en su propia casa-, y luego se sumó como traumatóloga al sistema de salud nacional, para hacerle frente a la crisis.
«Desde nuestro lado, intentamos descongestionar el trabajo a los médicos clínicos, pero las cuestiones más específicas de la enfermedad las ven ellos. Nosotros hacemos el trabajo de segunda, ayudándolos a ellos y atendiendo a la par a los pacientes que son exclusivamente de traumatología», señaló sobre la cuestión sanitaria quien también viene de ser oro en los Panamericanos de Lima 2019.
En referencia a su labor hospitalaria por el momento licenciada agregó: «En el hospi me dijeron que me fuera tranquila, pero yo no puedo hacerlo así nomás. Así que adelanté las guardias de julio y trabajé fines de semana porque mis compañeros me tienen que cubrir ahora. Lo mismo haré al volver en agosto con lo que adeude».
Como si fuera poco entre práctica y práctica Pareto sigue con sus estudios de medicina vía online: «Tengo que seguir estando en los ateneos para seguir mejorando y me anoté en cursos de Traumatología. Me ahorro el tiempo de viaje si fuera presencial».
Le dicen la «Peque» por su contextura pero cada vez demuestra más que es una gigante, no solo del deporte internacional sino también como ser humano.