Desde el primer pionero al más imberbe gurrumín esperaba con “tensa calma” la realización de la primera sesión ordinaria del HCD local que debía disponerse a discutir los más altos intereses de la comunidad, entre ellos hacer espacio en una banca para más “cambio”.
Es que en la revista del Concejo, Germán Jardón ya había preparado todo para su debut en el recinto y descontaba que pelando al lado “Honorable” del cuerpo tendría rápidamente su asiento, con unanimidad en la votación de la licencia de Juan Domingo. El discurso, los proyectos, todos los comentarios perspicaces y chicaneros y hasta el asado con familia, amigos y “partidarios” tendrá que esperar.
La suspensión de la primera sesión del 2016 enmascara causas poco claras y, más allá del compromiso del “líder opositor” con Jardón y los desacuerdos internos en el bloque del FpV, hace pensar que la licencia de Domingo y el pase del radical, de la tribuna a la banca, no sería moco de pavo.
Moraleja: “No hay que ponerse las plumas antes de tiempo”.