Interpol Colombia detuvo en la ciudad colombiana de Medellín a Juan Carlos Bossi, quien participaba en los llamados vuelos de la muerte, cuando la dictadura argentina arrojaba a los detenidos políticos al Río de la Plata. Fue detenido cuando iba a tomar un taxi para dirigirse a una cita médica.
Bossi integraba la lista de represores por los que la Justicia argentina ofrecía una recompensa de 100.000 pesos por su captura en el marco de la causa caratulada «Guerrieri, Pascual Oscar». Sobre él pesaba un pedido de captura, ordenado desde el 4 de abril de 2011 por el juez Federal de Buenos Aires, Marcelo Bailaque, por delitos de lesa humanidad como secuestro, tortura, desaparición y homicidio.
Al represor, que formaba parte del personal civil del grupo de inteligencia militar (PCI) se lo conocía como «el doctor» porque abordaba los vuelos de la muerte vestido con bata de médico y a sus víctimas las torturaba por asfixia por medio de los cauchos que en los procedimientos médicos son usados como torniquetes para las tomas de muestras de sangre, entre otros. A Bossi, según el expediente, «se lo identifica como la persona que inyectaba y mataba a los detenidos».
Conocidas son las historias de vecinos del Partido de La Costa quienes afirman haber visto aparecer cadáveres en nuestras playas, a pocos días de cumplirse 40 años de la fecha mas oscura de la historia Argentina, la detención de Bossi achica la brecha de impunidad que todavía gozan algunos de los participes de ultimo golpe Cívico Militar.