En la última semana la sociedad argentina se vio conmovida por lo que fueron más de una decena de linchamientos a delincuentes por parte de vecinos que encontraron a estos infraganti durante un acto delictivo.
El primer caso que sacudió a la opinión pública fue cuando en Rosario vecinos encontraron a un joven robando y lo lincharon hasta matarlo. La victima fatal era Diego Moreyra de 18 años, que no tenía antecedentes policiales.
A ese hecho se le sucedieron otros en distintos puntos del país, en la ciudad de Buenos Aires, hubo dos casos en los que vecinos tuvieron que interponerse entre los agresores y el delincuente para que no llegaran al punto que alcanzó en Santa Fe. Incluso en el segundo caso quien evito que pasara a mayores fue el actor Gerardo Romano.
Esto por supuesto que trajo opiniones cruzadas de diversos actores sociales, desde comunicadores hasta dirigentes de la oposición que atribuyeron estos hechos de violencia extrema a la ausencia del estado en las calles y en la seguridad de los argentinos.
Al respecto la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) – delegación La Costa- emitió un comunicado en el cual deja expresa su posición en contra de los linchamientos y de la justicia por mano propia:
”Queremos ser claros desde la APDH La Costa, los desafíos que nos plantea en materia de seguridad una sociedad moderna, no van por el camino de la mano dura ni muros perimetrales ni guetos, ni cámaras, sino que la inclusión e igualdad son el camino. La primera razón de la violencia que estamos viviendo, está basada en la miserable y repudiable desigualdad que existe entre los extremos de las escalas sociales.
Uno de los principios básicos de la justicia, es que toda persona es inocente hasta que se compruebe su culpabilidad, justamente los linchamientos y el ejercer justicia por manos propias nos aleja inexorablemente de este principio.
Es por eso que llamamos a la reflexión a los distintos actores de nuestra sociedad a tomar conciencia de nuestros dichos y hechos y especialmente a los que cumplen funciones de dirección, conducción y comunicación a no incitar a la violencia en sus distintas formas, una sociedad civilizada debe basarse en el respeto irrestricto de los derechos humanos como asimismo el apego a la ley”.