Un hombre de identidad reservada protagonizó el viernes un hecho que provocó la preocupación de los vecinos de San Bernardo. El sujeto se encontraba tirado en la vereda de Zuviría, casi esquina La Rioja. En principio estaba inmóvil y los residentes cercanos supusieron lo peor: que no presentaba signos vitales.
Tras el respectivo llamado al 911, dos patrulleros se hicieron presentes en el lugar. Al acercarse a la persona en cuestión, notaron que aún respiraba y, luego de intentar reanimarlo, comenzó a moverse levemente como quien recién se despierta de la siesta.
Cabe destacar que el suceso duró un tiempo prolongado, ya que el individuo no tenía intenciones de retirarse del lugar. En tanto, los agentes del orden no podían accionar en contra de su voluntad.
El punto de inflexión en esta historia, que cambió la caratula del caso, fue el fuerte aroma a alcohol que el hombre mayor disgregaba de su cuerpo. Al entablar una breve conversación con los oficiales, la situación se aclaró.
Aparentemente todo habría comenzado en el departamento que alquilaba de paso, debido a que estaba de vacaciones. Tras discutir con su mujer, se fue de la vivienda y se refugió en bebidas embriagantes. Finalmente, divagó sin rumbo por las calles de la localidad balnearia para terminar dormido en una de sus veredas. Eso si, antes se sacó las zapatillas.